Misión

Nuestra misión, como Asociación de Recogedores de Pilas, Acumuladores y Móviles, es la de ayudar a cumplir las obligaciones de los productores e importadores en materia de organización de la recogida, gestión, cumplimiento de objetivos, financiación e información a los distintos agentes y ciudadanos.

Realizamos campañas de comunicación, firmamos convenios con asociaciones, entidades locales y organismos regionales, también invertimos en la compra de contenedores para almacenar residuos. Todo ello, contribuye a que en la actualidad los asociados estén cumpliendo dichos objetivos de recogida en todo el territorio nacional.

Objetivos Generales de la Asociación

1. Dar soporte y asesoramiento a nuestros asociados con los productores e importadores en materia de gestión del residuo protegiendo la salud y al medio ambiente.

2. Favorecer la conservación y mejora de los recursos materiales y energéticos a través de la recogida, tratamiento, valorización y recuperación o eliminación de las pilas, acumuladores, baterías, móviles y los residuos que los acompañan.

3. Participar activamente en concienciar medioambientalmente a los ciudadanos y promover la cultura de la protección de la salud cuidando el medio ambiente.

La dotación de infraestructuras intermedias (plantas de almacenamiento y transferencia, puntos limpios y otras) facilitará el conjugar la concentración de infraestructuras con el principio de proximidad.

Responsabilidad

La Responsabilidad en el proceso del Reciclaje es compartida entre todos los agentes que forman la cadena de gestión del residuo: los Sistemas de Gestión, Productores, Distribuidores, Gestores y el Ciudadano. Todos ellos supervisados por la Administración, la cual tiene las competencias en materia de vigilancia, inspección y control.

Responsabilidad del productor

El denominado “principio de responsabilidad del productor”, que particulariza para los residuos el principio ambiental europeo de “quien contamina, paga”, asumiendo que los costes de gestión de los residuos recaen sobre el poseedor de los residuos o el productor del producto del que proceden los residuos, ya sea el ciudadano, las entidades locales o las empresas.

Lo que se denomina “responsabilidad ampliada del productor” atribuye a los productores de determinados bienes de consumo (fabricantes o entidades importadoras o distribuidoras) la responsabilidad sobre la reducción de los efectos sobre el medio ambiente de sus productos y, en particular, la asunción del coste de recogida y gestión final de los residuos generados al fin de la vida útil de sus productos. En general, esta responsabilidad ampliada se asume a través de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada (antes SIG), creados por los productores en cumplimiento de la normativa.

Esta responsabilidad del productor implica asimismo la necesidad de que el sector empresarial se implique en la minimización de los residuos generados en su actividad; en el ecodiseño de sus productos para que los efectos ambientales de los mismos a lo largo de su vida útil sean los menores posibles; o en la incorporación de materiales recuperados y subproductos en los procesos productivos. En definitiva, en las implicaciones que la puesta en el mercado de un producto tiene desde el punto de vista de la generación y gestión de residuos.

Participación y responsabilidad compartida

En la generación y gestión de residuos intervienen los productores de bienes y servicios, los ciudadanos, las administraciones locales, agentes económicos y sociales o comunidad científica. En definitiva, el conjunto de la sociedad.

Este principio pretende impregnar el plan de un doble enfoque a este respecto: la necesidad de que todos estos agentes sean partícipes de la toma de decisiones (sean informados e informen; se incorporen en los procesos de participación de los instrumentos como el presente Plan; y formen parte activa de las iniciativas que se pongan en marcha en el marco del mismo); y asuman las responsabilidades que en cada caso les conciernen, bien por disposiciones legales, o bien por el papel efectivo que desempeñan en la producción y gestión del residuo.

En lo que afecta al Plan, lo primero supone reconocer la necesidad de involucrar a los distintos agentes en el intercambio de opiniones y toma de decisiones; así como procurar su apoyo a las medidas del plan: aspectos sustanciales como la mejora de la recogida separada o la promoción de una cultura de la prevención, son imposibles sin la colaboración de la ciudadanía, administración (en especial los ayuntamientos), empresas y otros. Esta colaboración ha de estar basada en una adecuada educación ambiental, sensibilización, formación e información, y una regulación adecuada, que también ha de promoverse mediante el Plan.

En cuanto a lo segundo –la responsabilidad- supone en primer lugar dirimir las competencias de cada instancia en un campo tan transversal como el de los residuos, reconociendo el papel primordial de la Administración Local en lo que se refiere a los residuos domésticos y comerciales y de la Administración Regional en ámbitos como la planificación o las competencias de auxilio a otras administraciones.

La responsabilidad de los agentes empresariales ya está contemplada en el principio de responsabilidad ampliada, y es aún más significativa que antes de la promulgación de la Ley 22/2011, si cabe, por las nuevas regulaciones en materia de residuos comerciales.

Finalmente, entre las responsabilidades indudables de los ciudadanos, está el participar correcta y activamente en los sistemas de recogida separativa de residuos que se ponen a su disposición.